Ahorro energético
Si bien el aislamiento es el principal factor que incide en el confort y ahorro energético no es el único. Los sistemas de climatización también son responsables.
A menudo en las viviendas se producen situaciones de disconfort térmico en alguna de las estancias o incluso dentro de una misma estancia sufrimos la estratificación de las temperaturas.
La calidad del aire que respiramos en el interior de nuestras viviendas es también muy importante ya que afecta directamente a nuestra salud y bienestar y a su vez, al ahorro energético.
La mejor manera de mejorar la calidad del aire es instalando un recuperador de calor que permite recuperar parte de la energía del aire climatizado del interior de las viviendas a través de un sistema de ventilación mecánica controlada que garantiza una renovación constante del aire interior durante las 24h. del día.
Este sistema de ventilación extrae de forma continua el aire viciado de las cocinas y los baños e introduce aire fresco desde el exterior al resto de estancias, actuando como intercambiador del aire exterior con el aire interior sin que éstos se mezclen. De esta forma, en invierno la energía desprendida por el aire interior sirve para calentar el aire exterior que entra provocando un menor esfuerzo por parte del sistema de calefacción para alcanzar la temperatura de consigna lo que se traduce en un mayor ahorro energético.
En verano, el sistema actúa de forma inversa: el aire interior ayuda a enfriar el aire exterior que entra en el sistema.
Los recuperadores de calor disponen de unos filtros que retienen las partículas contaminantes y mejoran considerablemente la calidad del aire que respiramos en nuestras casas. Estos filtros pueden ser especiales para determinadas partículas alergógenas como por ejemplo el polen o los ácaros.